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Mucha luz o sol directo
Moderado, dejar secar
15 °C – 30 °C
Pulgón
Pur Plant » Guía cuidado de plantas » Cuidados Plantas Salvia
Los cuidados básicos para que la salvia, esta planta aromática, esté en su salsa son: dale un lugar bien soleado, que reciba al menos 6 horas de luz al día. No le gusta tener los “pies” mojados, así que usa un sustrato bien drenante y riega solo cuando veas la capa superior seca. Es resistente a temperaturas suaves, pero si el frío aprieta por debajo de 5 °C, mejor protégela. No necesita mucha humedad ambiental, lo justo para no secarse. Pódala de vez en cuando para mantener su forma y estimular un crecimiento más denso.
Si quieres que te dure, tendrás que saber cómo cuidar tu salvia. Lo primero será ubicarla donde tenga sol directo o mucha luz. Luego tendrás que saber que el riego tiene que ser medido, ni por exceso ni por defecto; la clave está en dejar secar el sustrato entre riegos. No hace falta que la pulverices ni que le montes un spa tropical. Lo que sí le gusta es una poda ligera cada tanto para que no se espigue. Si notas hojas marchitas o crecimiento débil, revisa si necesita abono o si tiene raíces apretadas.
Si te devanas los sesos queriendo saber cada cuánto se riega la salvia tienes que entender que dependerá del clima, de la maceta, del tamaño de la planta, y del tipo de sustrato. Como norma general, espera a que el sustrato esté bien seco antes de volver a regar. En verano puede que te lo pida una o dos veces por semana, y en invierno, igual aguanta hasta diez días o más. No te fíes solo de la superficie: mete el dedo unos 2 cm para comprobarlo. Si está húmedo, todavía no le toca. Si riegas demasiado, las raíces se pudren.
Cómo reproducir la salvia es más fácil de lo que parece. La forma más rápida es por esqueje: corta una ramita sana de unos 10 cm, quítale las hojas de abajo y ponla en agua o directamente en sustrato húmedo. En pocas semanas empezará a sacar raíces. También puedes multiplicarla por división de mata si tienes una planta adulta.
Los cuidados para las plantas de salvias se adaptan un poco según la variedad. Algunas como la salvia officinalis son más resistentes al frío, mientras que otras más decorativas pueden ser algo más delicadas. Lo básico sigue siendo sol, buen drenaje y poco riego. Pero si tienes una salvia de floración intensa, como la salvia greggii, conviene añadir un abono rico en fósforo en primavera. Y si la tienes en interior, vigila que no le falte luz o se estira buscando claridad.
Cómo se riega la salvia correctamente es clave para que no se le pudran las raíces. Siempre por la base, evitando mojar las hojas, sobre todo si está al sol directo. Usa agua a temperatura ambiente y con poca cal si puedes. Riega despacio para que el agua empape bien y drene sin quedarse estancada. En macetas, asegúrate de que tengan agujeros de drenaje. Si ves que el agua sale enseguida, igual necesitas mejorar la mezcla del sustrato.
Si tu salvia está en maceta su riego requiere más atención que si la tienes en suelo. El sustrato se seca más rápido, así que revisa con frecuencia. No te guíes solo por la superficie, mete el dedo o usa un medidor de humedad si tienes. Riega hasta que salga algo de agua por el drenaje y luego vacía el plato si ha quedado agua estancada. Si la tienes en interior, revisa que no esté cerca de fuentes de calor que resequen el ambiente.
Otra forma de reproducción de la salvia es por semillas si se siembra en el momento adecuado. Hazlo a inicios de primavera, cuando las temperaturas superan los 15 °C y ya no hay riesgo de heladas. Utiliza un sustrato ligero y bien drenado, idealmente una mezcla de tierra, compost y algo de arena. Siembra las semillas a poca profundidad (0,5–1 cm), mantén la humedad sin encharcar y colócalas en un lugar con buena luz indirecta.
La germinación suele tardar entre 1 y 3 semanas. Cuando las plántulas tengan varias hojas verdaderas, trasplántalas a su lugar definitivo dejando unos 30 cm entre cada una.
Las Plagas comunes en la salvia incluyen pulgones, mosca blanca y ácaros. Estos bichos suelen aparecer cuando el ambiente está muy seco o si hay exceso de abono nitrogenado. Si notas hojas pegajosas, deformadas o con puntitos, puede que tengas inquilinos indeseados. Puedes tratarlos con jabón potásico o aceite de neem, y vigilar que la planta esté aireada y bien ubicada. También las orugas pueden aparecer si tienes salvia en el jardín.
La humedad ambiental ideal, y la temperatura perfecta de tu salvia se sitúa, una en torno al 50 %, y otra, entre 15 y 30 °C. No es exigente con la humedad, pero si el aire está muy seco, conviene mantener algo de ventilación para evitar plagas. Aguanta bien el calor, aunque si el sol es muy fuerte, puede necesitar algo de protección a mediodía. El frío intenso, por debajo de 5 °C, puede dañarla, así que si vives en zona fría, mejor protégela o cultívala en maceta.
Cómo trasplantar tu salvia correctamente empieza por elegir un recipiente más grande, con buen drenaje. Sácala con cuidado, afloja un poco las raíces y colócala en un nuevo sustrato suelto y drenante. Riega justo después del trasplante para asentar la tierra, y colócala a la sombra unos días para que se recupere. El mejor momento para hacerlo es en primavera u otoño, evitando el calor extremo o el frío intenso.
El abono para la salvia conviene usarlo solo en época de crecimiento, desde primavera hasta finales de verano. Escoge uno equilibrado o ligeramente rico en potasio si quieres estimular la floración. Evita pasarte con el nitrógeno, que hace que crezca mucho pero con menos aroma y más riesgo de plagas. En otoño e invierno no hace falta abonar. Puedes usar compost casero o humus de lombriz para mantenerla sana sin saturarla.
Un buen sustrato para tu salvia debe ser ligero, con buen drenaje y algo calcáreo si es posible. Una mezcla ideal sería tierra universal con perlita y un poco de compost maduro, es decir, nuestra mezcla de sustrato orgánico para cactus y suculentas al que añadir un poco de humus sólido. Si el sustrato retiene demasiada humedad, la planta sufre. Evita tierras arcillosas o muy compactas. Y si vas a usar la salvia en tus platos, asegúrate de que el sustrato no tenga fertilizantes químicos. Puedes añadir algo de arlita para mejorar el drenaje si es necesario.
Deseamos que disfrutes de la experiencia de cuidar salvia, una increíble y medicinal planta aromática.