La sansevieria, o como la conocemos muchos, la lengua de suegra, es una planta súper resistente que puede sobrevivir a condiciones algo extremas, pero eso no quiere decir que podamos olvidarnos de sus cuidados. Su riego es, de hecho, una de las claves para mantenerla sana y, si no lo hacemos bien, puede sufrir bastante. En este artículo te contamos cómo y cuándo regar tu sansevieria para que no te dé problemas y puedas disfrutarla al máximo. ¡Te damos todos los trucos para que se sienta como en casa!
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Índice
Sansevieria riego
El riego de la sansevieria es de lo más sencillo, pero solo si sabes cómo hacerlo. Esta planta es muy eficiente a la hora de almacenar agua, principalmente en sus hojas gruesas y carnosas, por lo que no requiere riegos frecuentes. Lo que debes tener claro es que es más fácil ahogarla que dejarla de lado. El agua que no drena correctamente puede pudrir las raíces rápidamente. Por eso, es esencial que el sustrato tenga un buen drenaje y que entre riego y riego dejes que se seque bien. Si te pasas con el agua, te arriesgas a que se acumulen problemas de raíz.

La sansevieria acumula agua en sus hojas, lo que le permite resistir mejor períodos secos. Esto significa que puedes espaciar los riegos sin miedo a que la planta se deshidrate. Un truco es tocar la tierra: si sigue algo húmeda, es mejor esperar antes de volver a regar. No te precipites, ya que en su hábitat natural recibe poca agua, por lo que no es necesario que la tengas constantemente empapada.
Cómo y cuándo regar la lengua de suegra
El cómo regar la lengua de suegra varía según las condiciones en las que la tengas. Si está en maceta, el sustrato suele secarse más rápido que si está plantada directamente en el suelo. Como regla general, deberías regar cada 2 o 3 semanas, pero siempre fijándote en que la tierra esté seca al tacto. Si la tienes dentro de casa, la planta tardará más en secarse que si la tienes en exterior, ya que las temperaturas y la exposición al sol hacen que la tierra se evapore más rápido. Si tu planta está en una maceta muy grande y no te es fácil levantarla para notar su peso, utiliza un palito para detectar la humedad en el fondo.
En invierno, el frío ralentiza la evaporación, por lo que necesitará menos agua, mientras que en verano, con el calor, su ciclo de crecimiento se acelera y la planta demandará más agua. Sin embargo, recuerda que siempre es mejor quedarse corto a la hora de regar que pasarse. La sansevieria es bastante tolerante a la sequedad, pero el exceso de agua sí que puede causar estragos.
Lengua de suegra riego
Siempre se habla del exceso de riego como el gran enemigo de la lengua de suegra, pero la escasez también pasa factura, aunque lo haga en silencio. Esta planta es experta en disimular, pero cuando por fin muestra señales, es que lleva ya un buen tiempo sedienta. Las hojas empiezan a arrugarse por la falta de turgencia, se ven más delgadas y algo caídas, perdiendo esa rigidez que normalmente las mantiene firmes como espadas. En los casos más extremos, pueden aparecer manchas marrones en los bordes, señal de que la planta ha consumido sus propias reservas para sobrevivir. Si el sustrato está completamente seco durante mucho tiempo, las raíces pueden deshidratarse y entrar en estado de latencia, lo que frena el crecimiento.
Además, cuando pasa esto varias veces seguidas, la planta se vuelve más vulnerable a plagas como la araña roja, que adora los ambientes secos. Y si bien la lengua de suegra aguanta más que otras, no es inmortal. Recuperarla después de una sequía prolongada lleva su tiempo y no siempre vuelve a estar tan sana como antes. Lo ideal es no esperar a que dé señales tan evidentes, y regar justo cuando el sustrato está seco en profundidad, pero no tanto como para que parezca una galleta olvidada al sol.
En resumen, regar bien la sansevieria es más sencillo de lo que parece. Solo hay que prestar atención a las señales de la planta y ser paciente. Si sigues estos consejos y aprendes a darle lo justo de agua, tu lengua de suegra te lo agradecerá.
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Especialista en el cuidado orgánico de Plantas y Flores
Bonjour! Soy Quentin y tras vivir en grandes ciudades como Bruselas y Sydney me di cuenta de la falta de información sobre jardinería urbana. Por ello, decidí (re)conectar con la naturaleza y aprender y transmitir mi conocimiento en el cuidado de plantas.