El laurel es uno de esos clásicos que no fallan. Da gusto tenerlo en casa o en el jardín: huele de maravilla, no da mucha guerra si sabes lo que necesita, y encima puedes usarlo en la cocina para alegrar tus platos… y de paso aprovechar sus propiedades, que no son pocas Pero ojo, que aunque parezca fácil, hay unos cuantos detalles clave que conviene tener claros para que no se espante ni se ponga feo con el paso del tiempo. Vamos a repasar todo bien, desde los cuidados básicos hasta cómo reproducirlo sin dramas.
Índice
Cuidados del laurel
Para que el laurel crezca sano, lo primero es darle un sitio con buena luz, mejor si recibe algunas horas de sol directo, pero sin achicharrarlo en pleno agosto. Es un arbusto de clima mediterráneo, así que no le gusta la humedad excesiva ni el frío intenso. Lo ideal es plantarlo en un suelo bien drenado, algo calcáreo y con buen aporte de materia orgánica, sobre todo si va a estar en el suelo directamente.
En cuanto al riego, lo justo y necesario: en verano, un poco más frecuente, pero sin encharcar; en invierno, casi nada. Lo que no puedes olvidar es que los cuidados del laurel pasan también por una buena poda de formación, sobre todo en primavera, y una vigilancia regular de plagas como la cochinilla o la psila, una plaga de insectos chupadores emparentados con los pulgones y las cochinillas.

Cuidados del laurel en maceta
Tener un laurel en maceta es perfectamente posible, pero hay que estar más pendiente que si lo tienes en tierra. Lo primero: elige una maceta grande, con buen drenaje, y un sustrato bien aireado. No uses una tierra cualquiera, porque si se compacta demasiado, las raíces pueden sufrir. En terraza o balcón, mejor colocarlo donde le dé el sol buena parte del día pero protegido del viento fuerte.
Si hablamos de los cuidados del laurel en maceta, lo más importante es ajustar bien el riego. Las macetas pierden humedad más rápido, pero eso no significa regar todos los días. Lo suyo es comprobar que la parte superior del sustrato esté seca antes de volver a regar. Y no te olvides de abonarlo una o dos veces al año, preferiblemente en primavera y otoño, con compost o fertilizante orgánico.
Reproducción laurel
Reproducir un laurel no es complicado, pero hay que tener un poco de maña. La opción más fácil es por esquejes semileñosos, que se cortan a finales del verano o en otoño. Basta con elegir una rama sana, sin flor ni fruto, de unos 10-15 cm, quitarle las hojas de la parte inferior y plantarla en sustrato húmedo con algo de perlita. Mejor si le pones una bolsita de plástico encima para mantener la humedad.

Otra forma de asegurar una buena reproducción del laurel es mediante acodo, que se hace dejando una rama baja en contacto con la tierra hasta que eche raíces. Puede tardar varios meses, pero suele dar buenos resultados. La clave está en tener paciencia y mantener el sustrato ligeramente húmedo, sin pasarse, hasta que veas signos de crecimiento nuevo
Si haces las cosas bien desde el principio, tendrás una planta que no solo estará sana y bonita, sino que te durará años y años.
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Especialista en el cuidado orgánico de Plantas y Flores
Bonjour! Soy Quentin y tras vivir en grandes ciudades como Bruselas y Sydney me di cuenta de la falta de información sobre jardinería urbana. Por ello, decidí (re)conectar con la naturaleza y aprender y transmitir mi conocimiento en el cuidado de plantas.