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Cómo y cuándo trasplantar orquídeas

Si tienes orquídeas en casa seguro que te has preguntado alguna vez cómo y cuándo es el momento de cambiarles de maceta. Trasplantar tus orquídeas no solo se hace porque la planta se quede sin espacio, también porque el sustrato se degrada y deja de ofrecer aireación a las raíces. Eso sí, cada tipo de orquídea tiene sus propias reglas y no todas responden igual al cambio. Aquí te contamos cómo trasplantar una planta, cuándo y con qué hacerlo para que tus orquídeas sigan creciendo con fuerza y sin sorpresas.

Trasplantar orquídeas

En el mundo de las orquídeas hay una diferencia clave entre las especies epífitas y las terrestres. Las primeras, como la popular Phalaenopsis, crecen sobre ramas o troncos y necesitan un sustrato muy aireado, mientras que las segundas prefieren mezclas más cercanas a la tierra. Por eso, cuando pensamos en trasplantar orquídeas, hay que tener claro de qué grupo hablamos. Las raíces de las orquídeas epífitas no respiran igual que las terrestre, y si usamos el mismo sustrato para ambas nos podemos llevar un disgusto.

La necesidad de trasplantar surge sobre todo cuando el sustrato se compacta y deja de drenar bien, algo habitual tras un par de años. También es recomendable cuando la maceta se queda pequeña y las raíces ya no caben cómodamente. Entender estas señales es básico para mantener la salud de la planta a largo plazo, ya que el cambio de maceta no es un capricho, sino parte de su ciclo natural de cuidado.

Trasplante orquídeas

La técnica importa, y mucho. Antes de meter mano conviene elegir una maceta transparente con buen drenaje, ya que así podemos controlar el estado de las raíces. El trasplante de orquídeas se hace retirando con cuidado el sustrato viejo y eliminando raíces dañadas o podridas. Una vez limpia la planta, se coloca en su nuevo contenedor y se rellena con corteza de pino, carbón vegetal o perlita, siempre buscando aireación.

Otros detalles que conviene tener en cuenta son no enterrar demasiado el cuello de la planta y no regar justo después, para que las heridas cicatricen. También hay que pensar en el tamaño del recipiente: mejor quedarse corto y volver a trasplantar en un par de años que pasarse y que la orquídea se pierda en una maceta enorme. La clave está en dar espacio justo para el crecimiento, no un exceso.

Cómo trasplantar una orquídea

Para hacerlo bien necesitas unos utensilios básicos: tijeras o podadora desinfectada, guantes y un sustrato adecuado. También viene bien tener a mano un palillo o varilla fina para ayudar a que el sustrato se asiente entre las raíces sin compactarlo. El cómo trasplantar una orquídea pasa por ser delicado, no tener prisa y revisar cada raíz antes de colocarla en el nuevo entorno.

Un truco que ayuda bastante es aplicar aminoácidos como apoyo tras el trasplante. Estos productos, que actúan como un “Vitamin” para la planta, reducen el estrés y aceleran la recuperación. Piensa que la orquídea ha sufrido cortes y manipulación, y este empujón extra le permite rehacer tejidos y volver a enraizar con más energía. Es un detalle pequeño que marca la diferencia.

Cuándo trasplantar una orquídea

El mejor momento suele ser tras la floración, nunca cuando está en plena producción de flores. Lo ideal es elegir finales de invierno o principios de primavera, cuando la planta empieza a reactivar su crecimiento. Saber cuándo trasplantar una orquídea es tan importante como la técnica, porque si lo hacemos en el momento equivocado corremos el riesgo de frenar el desarrollo de la planta.

El porqué está claro: en esa época las raíces nuevas empiezan a salir y el cambio de maceta favorece que se adapten al sustrato fresco. Si trasplantas en pleno verano o en invierno avanzado, el estrés puede ser demasiado alto y la orquídea tardará mucho más en recuperarse. Mejor aprovechar su propio ciclo biológico y acompañar el momento natural en que quiere expandirse.

Cuidar los tiempos, los materiales y la forma de trasplantar no es un detalle menor. Si lo haces con calma y siguiendo estos pasos, tu orquídea no solo sobrevivirá al cambio, sino que crecerá más fuerte y agradecida. Al final, la diferencia entre un trasplante exitoso y uno problemático está en entender que no es sólo cambiar de maceta, sino darle un nuevo punto de partida.

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Quentin Brouhon

Especialista en el cuidado orgánico de Plantas y Flores

Bonjour! Soy Quentin y tras vivir en grandes ciudades como Bruselas y Sydney me di cuenta de la falta de información sobre jardinería urbana. Por ello, decidí (re)conectar con la naturaleza y aprender y transmitir mi conocimiento en el cuidado de plantas.

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