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Luz indirecta muy brillante
Riego moderado
Cálido entre 18ºC y 24ºC
Cochinilla
En Pur Plant nos encanta el Ficus Ginseng porque tiene algo que lo hace único: parece una escultura viva. Sus raíces retorcidas, como si salieran de una historia fantástica, y su porte elegante, lo convierten en una planta que no solo decora, sino que conecta. Y lo mejor de todo es que es muy fácil de cuidar, perfecta tanto si estás empezando en el mundo verde como si ya tienes jungla en casa.
Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para que tu Ficus Ginseng crezca feliz a tu lado.
El Ficus Ginseng no es una planta exigente, pero sí agradecida. Cuanto más la conoces, más fácil resulta mantenerla en forma. Es resistente, adaptable y tiene una energía muy especial. Para cuidarlo bien solo necesitas prestar atención a algunos puntos clave: luz abundante (sin sol directo), riegos moderados, un buen sustrato que respire, temperatura constante y un poquito de abono en los meses de crecimiento.
Con esos cuidados básicos, esta planta no solo se mantiene, sino que prospera. Sus hojas brillantes y su forma orgánica le dan vida a cualquier rincón. Además, es una planta que evoluciona contigo: con el tiempo, sus raíces se transforman y adoptan formas cada vez más curiosas. Por eso decimos que no hay dos iguales.
Aunque muchas veces se le llama “bonsái”, lo cierto es que el Ficus Ginseng no lo es en sentido estricto. Es un ficus tropical modelado con técnicas que lo hacen parecer un bonsái, pero sin todas las exigencias que estos suelen tener. Aun así, si te apetece mantener su forma compacta y estética, puedes recortar sus ramas una vez al año, preferiblemente a finales de la primavera.
Este tipo de poda suave ayuda a mantener su estructura equilibrada y fomenta un crecimiento saludable. Eso sí, no te preocupes si no lo haces: el Ginseng crecerá igual, solo que un poco más libre.
Al Ficus Ginseng le encanta la luz. Lo ideal es ubicarlo en un espacio luminoso donde reciba mucha luz natural indirecta. Una ventana bien iluminada, pero protegida del sol directo, es su lugar favorito. Si recibe sol directo durante varias horas al día, sus hojas podrían quemarse, sobre todo en los meses más calurosos.
Cuanto más luz reciba (sin exceso), más vital se mantendrá su follaje.
Uno de los errores más comunes con esta planta es el exceso de agua. El Ficus Ginseng prefiere quedarse corto que pasarse. ¿Cómo saber cuándo regar? Toca la tierra: si la capa superior está seca, es momento de hidratarlo. En primavera y verano suele necesitar agua cada 5–7 días; en otoño e invierno, cada 10–15.
Nuestro consejo: cuando riegues, hazlo a conciencia, pero deja que drene bien. Nada de platitos con agua estancada.
Como muchas plantas, el Ficus Ginseng entra en su etapa de crecimiento activo en primavera y verano. Durante estos meses, puedes abonarlo cada 2–3 semanas con un fertilizante orgánico líquido como nuestro Plant Food o humus de lombriz.
En otoño e invierno, deja que descanse. No necesita abono y es normal que ralentice su crecimiento.
Una planta como el Ginseng necesita una tierra que respire. Lo mejor es un sustrato aireado, suelto y con buen drenaje. Puedes usar una mezcla de tierra universal con perlita o fibra de coco. Si quieres darle un plus, añade un poco de akadama o grava volcánica. Esto evita que las raíces se ahoguen y favorece un crecimiento sano y estable.
El Ficus Ginseng es de espíritu tropical, así que lo suyo son los ambientes cálidos y estables. Le gusta vivir entre los 15 y 25 °C, sin corrientes de aire ni cambios bruscos de temperatura. Nada de radiadores pegados ni ventanas que se abren de golpe en invierno.
Aunque se adapta bien a la humedad media del hogar, si el ambiente es muy seco (por calefacción o clima), te recomendamos pulverizar sus hojas con agua filtrada de vez en cuando. Es un gesto sencillo que marca la diferencia.
Sabías que…
El ficus microcarpa y el ficus ginseng no son lo mismo. Aunque están muy relacionados, técnicamente no son lo mismo. Ficus microcarpa es el nombre científico de la especie pero el ficus ginseng es una forma de bonsái creada a partir del ficus microcarpa. Su característica principal es su tronco grueso y retorcido, que se asemeja a la raíz del ginseng (de ahí su nombre). Por tanto podríamos decir que todos nuestros ficus son ginseng.
