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Los bonsáis, a pesar de ser pequeños árboles en miniatura, son plantas que necesitan de cuidados específicos para evitar problemas, a continuación pasaremos a describir algunos de los problemas más comunes.
Uno de los principales problemas por los cuales se ponen amarillas las hojas de nuestros pequeños suele ser un riego excesivo o mal drenaje, debilidad por falta de nutrientes o exceso de sol. También se puede deber a un problema de hongos, una de las mejores maneras de combatirlos es mantener la acidez en el sustrato y para ello el veggie es una magnífica opción gracias a su combinación de ácidos.
Cuando las puntas de las hojas de nuestros bonsáis se ponen marrones y secas, nos indican falta de humedad en el sustrato e incapacidad del bonsai para absorber el agua por un sustrato totalmente compactado e ineficiente. Haría falta un sustrato adecuado y muy drenante para recuperar su vigor. Esta podría ser una buena receta:
1x sustrato orgánico para cactus
1x perlita
1x carbón activo
Muchas veces encontramos las hojas arrugadas en bonsáis y esto se puede deber a visitantes externos como la araña roja, el pulgón, la cochinilla blanca…Para detectarlos, se debe revisar el envés de las hojas, pues no suelen exponerse a la luz. Si detectas plaga, nada mejor que pulverizar con jabón potásico cada 3 días mientras la infección persista.
Otra manera ecológica de acabar con las plagas es espolvorear un poco de tierra de diatomeas.
Por último cabe destacar que las hojas arrugadas o secas en los bonsáis también pueden ser la causa de una baja humedad ambiente o una exposición solar inadecuada. Si crees que este puede ser tu caso, no te pierdas este post en el que te contamos cómo aumentar la humedad en casa.
El riego de un bonsái suele ser una parte sencilla pero puede convertirse en la pesadilla del bonsaista. Cabe indicar que para la gran mayoría de las especies de bonsáis requieren de aguas de mineralización débil o baja como en el caso de los arces, no obstante los ficus y las especies mediterráneas se llevan mejor con las aguas duras y de alta mineralización.
Referente a la manera de regar se recomienda siempre regar de arriba a abajo con cuidado de no desmoronar el sustrato y regando hasta que se vea salir el agua por los agujeros de drenaje. Debemos mantener una humedad constante en el sustrato y no se recomienda dejar secar del todo como en otro tipo de plantas pues podría causar daños en las hojas. Por otra parte, el riego en exceso provoca la pudrición de raíces y la aparición de hongos, a simple vista parece complejo pero con un sustrato correcto y un riego adecuado, tu bonsai gozará de una buena salud.
Uno de los problemas más comunes es el de no alcanzar el nivel de nutrientes necesarios para nuestro bonsai, y esto suele provocar debilidad en los brotes y hojas. La mejor manera para mantener nuestro árbol con vigor es la combinación de nutrientes y aminoácidos. Para ello, te recomendamos añadir un buen puñado de abono orgánico para bonsái y usar en primavera y otoño para su correcta liberación. Regar posteriormente para su absorción.
Entre las plagas más comunes de los bonsáis nos encontramos con cochinilla algodonosa, araña roja y pulgón entre otras. Si quieres profundizar y conocerlas mejor, te aconsejamos leer los siguientes artículos:
Cómo eliminar cochinilla en plantas
Una de las mejores soluciones que tenemos para la lucha de estas plagas es el uso de jabón potásico pudiendo acabar con la plaga sin dañar a nuestros arbolitos. El purín de ortigas o la cola de caballo también se pueden usar como repelente de estos indeseables insectos a modo preventivo y a su vez mejoran la estructura del sustrato y nutre las plantas.
Recomendamos diluirlos con el agua de riego y realizar mediante una pulverización foliar.
Deseamos que esta información te sea de utilidad y te ayude a cuidar tus bonsáis salvándose de cualquier problema.
