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Luz indirecta
Riego moderado
Cálido entre 15ºC y 24ºC
Cochinilla
El Ficus pumila es el explorador incansable de la familia. De hojas pequeñas y textura aterciopelada, este ficus trepador y rastrero tiene un carácter completamente distinto a sus primos de porte arbóreo. Es una planta inquieta, que se adhiere a muros, macetas o lo que encuentre a su paso, desplegando una cortina verde de aspecto silvestre y muy decorativo.
Originario de Asia oriental, donde crece cubriendo paredes, rocas y troncos de árboles, el pumila se adapta muy bien a interiores si se le da un soporte vertical o se deja caer en cascada desde una estantería. Es ideal para quienes buscan una planta de aspecto más “vivo”, en constante movimiento, con ese toque salvaje que recuerda a las ruinas invadidas por la vegetación. Aun así, no todo es tan libre como parece: este ficus también tiene sus reglas.
Aunque tolera la sombra mejor que otros ficus, el Ficus pumila necesita luz indirecta abundante para crecer con ritmo y mantener su follaje denso. En lugares oscuros se vuelve más débil y tiende a perder hojas, además de alargar demasiado los tallos en busca de claridad. Lo ideal es ubicarlo cerca de una ventana luminosa pero sin sol directo, ya que sus hojas delicadas pueden quemarse con facilidad. Si la luz es buena, responde rápido con nuevos brotes y una cobertura compacta y frondosa.
Aquí hay que tener ojo. El pumila necesita riegos regulares, ya que su sistema radicular es fino y no tolera la sequía prolongada. El sustrato debe mantenerse ligeramente húmedo, pero sin encharcamientos. Si te olvidas de regar y se seca del todo, lo más probable es que las hojas se arruguen o caigan. Por otro lado, si te pasas con el agua, las raíces se pudren con facilidad. La clave está en revisar con los dedos: si la superficie está seca pero todavía hay algo de humedad más abajo, es momento de regar.
El ficus pumila se puede abonar con nuestro fertilizante orgánico líquido durante el riego cada 15 días con nuestro Plant Food.
Este ficus prefiere un sustrato orgánico y ligero, con buen drenaje pero que retenga algo de humedad. Una mezcla ideal puede incluir nuestro sustrato orgánico rico en materia orgánica con un extra de perlita y algo de fibra de coco para mantener el equilibrio entre retención y aireación. Como sus raíces son finas y superficiales, es importante evitar compactaciones, especialmente si lo tienes en maceta colgante. Una buena estructura del sustrato facilitará que se expanda sin freno.
Al Ficus pumila le gustan los climas suaves y húmedos. No lleva bien las temperaturas extremas ni los ambientes muy secos. Idealmente, debe vivir en un espacio entre 16 y 24 °C, alejado de corrientes frías y radiadores. Agradece mucho la humedad ambiental, por lo que se lleva de maravilla con baños luminosos o cocinas bien ventiladas. Si lo tienes en un lugar seco, puedes pulverizarlo de vez en cuando o colocar un plato con agua cerca para que respire mejor. La humedad alta no solo mantiene sus hojas sanas, también estimula su crecimiento exuberante.
Sabías que…
En su hábitat natural, el Ficus pumila puede adherirse con tanta fuerza a paredes y superficies que llega a levantar pintura o dañar muros con el tiempo? Sus pequeñas raíces adventicias lo convierten en un experto trepador, lo que lo hace ideal para crear muros vegetales si se cultiva en exterior, aunque en interior se comporta con bastante más discreción.
